Prepara tu Parto. 7 días, 7 tips.

Siete días con siete consejos para preparar tu parto sin salir de casa. Y empezamos con la pregunta del millón:

¿Cómo sabré que estoy de parto?

La gran pregunta, sobretodo entre las primerizas (o primíparas para ser exactos).

Hemos visto muchas películas en las que las embarazadas se ponen de parto de repente; notan algo y enseguida chillan: “¡Estoy de parto!” o “¡Que viene!”, y entonces todo el mundo se pone a correr. Es un visto y no visto y, si se descuidan, casi ninguna llega al hospital. Nada más lejos de la realidad,

El parto es el final de una larga serie de cambios que se producen en tu cuerpo para que nazca tu bebé. Todo ese proceso forma parte del embarazo, es su recta final. Pero que sea la recta final no significa que tenga que durar poco. Puede durar horas, días, semanas… Todos esos cambios que se van a ir produciendo para ayudar a nacer al bebé, no los podrás ver pero si los podrás sentir, principalmente las contracciones.

¿Y qué son las contracciones? “Un invento del Demonio” dirán muchas. No. La contracción es el útero intentando abrir para que el bebé pueda nacer. No decimos que no duelan. Claro que duelen (mucho). Pero es un dolor con un propósito (uno precioso, por cierto). Las contracciones están ahí para algo, y el dolor es el lenguaje que utilizan para comunicarse con nosotras y decirnos qué hacer en cada momento del parto. No ignores ese dolor, no luches contra él. El útero ha estado cerrado 9 meses y lógicamente necesita su tiempo y preparación (aún más en las primíparas).

Las primeras contracciones que notarás serán suaves, poco intensas, digamos “soportables” (“como un dolor fuerte de regla” dicen muchas). Van y vienen sin regularidad, como suaves olas del mar. Tu cuerpo te avisa de que ya se acerca el momento; aunque conviene no agobiarse: algunas mujeres parirán en 48h tras esas primeras contracciones, y otras pueden estar así días. Cuando pasan las horas, estas contracciones se hacen más regulares, más intensas; olas que vienen, se quedan contigo durante aproximadamente 1 minuto y marchan. Y entonces sentirás alivio: podrás hablar, reír, hacer vida normal entre esas olas. Y vuelven, y poco a poco van aumentando su intensidad y regularidad.

Entonces, ¿cuándo sabré o sospecharé que estoy realmente de parto? No hay un tiempo igual para todas, ni siquiera para una misma mujer en sus diferentes partos. Cada parto es único y especial. No obstante, existen unos tiempos más o menos habituales que podemos usar de referencia para decidir ir hacia el hospital.

Si eres primípara: cuando las contracciones se mantengan frecuentes y regulares en intensidad cada 4-5 minutos durante al menos 3 horas, puedes sospechar que empiezas a estar de parto. Pero, calma, no hay prisa aún. Todo el tiempo que puedas permanecer en la intimidad de tu hogar favorecerá a la progresión del proceso de parto. Prepárate con tranquilidad, date un baño de agua tibia (o una ducha si no tienes bañera). Si las contracciones siguen igual o más frecuentes después, puedes ir al hospital. Si, por el contrario, se han espaciado, espera en casa hasta que observes de nuevo la frecuencia de 4-5 minutos durante a menos 3h.

Si ya has dado a luz antes, el útero no necesita tanto tiempo de preparación, puesto que ya se abrió alguna vez; por lo que si las contracciones son frecuentes y regulares en intensidad cada 4-5 minutos durante 1-2 horas, date un baño o ducha y observa qué ocurre. ¿Han parado? Quédate en casa, pero alerta. Si siguen igual o aumentan es el momento de ir al hospital.

Este matiz es importante: cuando hablamos de regularidad nos referimos no sólo a la frecuencia de tiempo, sino también a la intensidad. Si se alternan contracciones más fuertes con otras más suaves, deberás contar solamente las fuertes.

El agua tibia es un gran aliado en el proceso de parto. Si ya estás realmente de parto, va a ayudarte a gestionar mejor el dolor y va a favorecer la dilatación. Si aún no lo estás, te ayudará a relajarte y notarás que las contracciones se calman, y sabrás por lo tanto que aún no es el momento de acudir al hospital.

¿Y qué pasa si he roto aguas pero no tengo contracciones? La gran pregunta. Muchas veces cuando esto ocurre, se nos olvida lo que hemos aprendido en los cursos de preparación al parto; nos asustamos y nos vamos rápidamente al hospital. Pero no siempre es necesario ni aconsejable correr ya que, si aún no estás de parto, es más probable que éste se inicie de forma espontánea en la tranquilidad e intimidad de tu hogar, que en una habitación de hospital con luz, gente entrando y saliendo, quizá hasta una compañera de habitación.

Si rompes aguas, lo primero que debes hacer es fijarte en su color. Si son claras y no tienes contracciones regulares como las que hemos descrito antes, puedes esperar en casa al menos unas 8 horas. Cuando vayas al hospital, según el protocolo que manejen es posible que te pongan antibiótico a las 12 horas de haber roto bolsa y que te induzcan el parto a las 48 horas como mucho, en caso de que no comience de forma espontánea. El tiempo de actuación varía según el protocolo que use cada hospital, por lo que te aconsejamos que te informes bien antes de escoger el lugar donde darás a luz. La OMS recomienda el manejo expectante (no hacer nada) durante las 48h siguientes a la rotura de bolsa, siempre que no haya otros signos de alarma, ya que a las 48h de romper bolsa, el 80% de las mujeres se habrán puesto de parto sin necesidad de ninguna intervención.

Sin embargo, si has roto aguas y éstas no son claras (son amarillas/verdosas) es necesario que vayas al hospital cuanto antes, aunque no tengas contracciones, para que valoren la situación.

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