La forma en que un bebé se pone al pecho es muy importante, porque esto determinará la cantidad de leche materna que recibe de la mama. También es muy importante para prevenir y tratar los pezones doloridos y con grietas.
Recientemente ha habido un cambio en la forma recomendada como el bebé debe cogerse al pecho. Antes se aconsejaba el agarre simétrico. Desde hace un tiempo, se ha demostrado que lo mejor es todo lo contrario: se conoce como agarre asimétrico. Cuando la madre es capaz de lograr un agarre asimétrico, el bebé recibe más leche de la mama y es menos probable que se produzcan dolor o grietas en los pezones.
Mostrar a las madres cómo se consigue un agarre asimétrico y cómo enganchar al bebé al pecho, son algunas de las cosas que se hace en una consulta de lactancia. Junto con el aprendizaje de la técnica de compresión mamaria, es la mejor ayuda que se le puede dar a una madre en el inicio de su lactancia materna.
¿Por qué el agarre marca la diferencia? Creo que todos los que ayudamos a prevenir y superar los problemas de lactancia materna estaremos de acuerdo en que cuanto más profundo sea el agarre del bebé al pecho, mejor para la madre y el bebé. Mejor para ella porque no tendrá dolor y mejor para el bebé porque recibirá más leche. El dolor durante la lactancia es una señal que la madre necesita ayuda; así que, si la lactancia duele, con mucha probabilidad el agarre del bebé no es tan bueno como podría ser. Y este es un problema muy sencillo de solucionar con la ayuda adecuada ☺
En algunas sociedades, como la nuestra, se considera normal que los pezones duelan, y se les dice a las mamás que se les formarán callosidades con el tiempo y dejará de doler. Pero… ¿Cuántas de esas madres que conviven con el dolor al amamantar e intentan aguantarlo superan una lactancia más allá de los 4 meses? Pocas, o ninguna. Y es lógico: soportar dolor en los pezones, incluso con heridas, cada vez que alimentas a tu bebé, es algo que nadie debería hacer.
Un mal agarre puede derivar muy fácilmente en dolor, grietas, disminución de la producción de leche al principio o durante algún momento de la lactancia (seguro que alguna mujer de tu entorno te dijo “me quedé sin leche a los 3-4 meses”), infecciones del pezón, obstrucciones y mastitis a repetición.
Vamos a hacer hincapié en este punto, cuando algunas madres comienzan a tener problemas en la lactancia a los 3-4 meses. Los bebés comienzan a actuar como si no estuvieran recibiendo el flujo lo suficientemente rápido de leche de la mama, tiran del pecho, se alborotan, están más irritables, se están chupando los dedos la mayor parte del tiempo e incluso pueden negarse a tomar el pecho especialmente durante el día. Y esto puede pasar incluso si el bebé se alimenta exclusivamente de leche materna y sube bien de peso. Dado que sube bien de peso y que en el inicio de la lactancia la mamá tenía una abundante cantidad de leche, nadie sospecha en estos casos de un mal agarre. Pero la realidad es que un agarre incorrecto puede no dar problemas al principio, pero traducirse con el tiempo en una disminución de la producción, tan grande que la mayoría que llegan a este punto abandonan. Y esto sólo se puede verificar observando una toma de leche, cuanto más pronto mejor.
Entonces, ¿de qué me sirve un buen agarre? Un buen agarre es la base para:
- Ayudar a un madre con pezones adoloridos y/o grietas, y evitarlos en primer lugar.
- Ayudar al bebé a obtener más leche de la mama.
- Prevenir problemas futuros como obstrucciones, mastitis, inicio tardío de la producción de leche, “reflujo”.
- Prevenir abandonos de la lactancia materna con 3-4 meses por disminución de la producción de leche.
¿Y cómo es un agarre asimétrico?
En el agarre asimétrico, el bebé tiene la cabeza inclinada hacia atrás (más extendida); cubre más la areola con su labio inferior que su labio superior; el pezón está apuntando hacia el techo de la boca del bebé (el paladar) y el mentón está pegado al pecho; pero la nariz no toca el pecho, y puedo verle los ojos. Esto es algo que siempre remarcamos en nuestras consultas: si no puedes verle los ojitos y tu bebé no puede verte, seguramente tiene un mal agarre. La razón para que la nariz no toque el pecho no es ayudar al bebé a respirar mejor, sino más bien para que el agarre del bebé sea más profundo y que sea capaz de estimular mejor el pecho con las encías inferiores y la lengua, y así obtener más leche y evitar dañar los pezones de la madre.
Si aprendes a conseguir e identificar un buen agarre, tienes mucho ganado en tu lactancia. Y, ante la mínima duda, el consejo siempre será consultar con los expertos en lactanci materna, que con una valorción completa de la situación consegurán identificar el problema y solucionarlo a tiempo 🙂