Crisis de lactancia

Crisis de Lactancia (o brotes de crecimiento)

Hay una situación en la lactancia que suele alarmarnos a todas, incluso cuando ya habíamos leído sobre ello. Es además recurrente, puede repetirse en diferentes momentos del crecimiento del bebé.

Todo iba bien en tu lactancia, hasta que un día tu bebé está más irritable de lo normal, no duerme bien o da la sensación de quedarse con hambre. Se pelea con el pecho, y muchas pensamos desoladas (y agobiadas) que de repente ya no tenemos leche suficiente y que tenemos que ir corriendo a por un bote de leche artificial. Error.

Lo más probable es que esté atravesando una crisis o brote de crecimiento (llamada también crisis de lactancia), y lo único que necesita para superarla es pecho, pecho, pecho y más pecho. Siempre que lo pida. Son días intensos y abrumadores, pero igual que llegan se van tan pronto cuando el bebé consigue regular de nuevo la producción de leche para ajustarla a sus nuevas necesidades.

Y es que los brotes de crecimiento no son más que “estirones” que da el bebé dentro de su desarrollo normal. Y entonces necesitan aumentar de golpe la cantidad de leche que toman.

El aumento de tamaño del bebé durante el primer año de vida es más rápido que en cualquier otro momento de su vida (excepto en el útero). Los niños que han nacido a término (entre 37 y 40 semanas de gestación) pesan entre 2,5 y 3,5 kg y miden entre 47 y 53 cm. La velocidad a la que crecen es muy rápida durante los tres primeros años de vida, aunque va disminuyendo progresivamente: 25 cm el primer año de vida, 10-12 cm el segundo año y alrededor de 8 cm el tercer año. El peso sigue un patrón similar: suele duplicarse al cuarto-quinto mes y triplicarse al año de vida. Durante el segundo y tercer año, la ganancia de peso es menor, de solo 2-3 kg/año.

Pero sobre estos patrones progresivos, se dan momentos en los que el bebé da un salto considerable en cuanto a talla y peso. Y es en estos momentos cuando puedes notar algunas de las siguientes señales:

-Tu bebé de repente pide mamar constantemente, se pelea con el pecho, parece que se quede con hambre, porque de golpe necesita más leche y la quiere YA.

– También puedes notar que está más somnoliento de lo habitual. Durante el sueño es cuando la hormona del crecimiento está haciendo su trabajo. Aunque hay algunos padres que refieren que el bebé duerme menos que de costumbre o que tienen despertares más frecuentes .

– Está mas irritable de lo normal: algunos médicos explican que, durante estos días de crecimiento tan acelerado, el bebé puede experimentar algún tipo de dolor muscular, aunque es difícil saberlo.

 

Estos brotes de crecimiento suelen ocurrir en períodos similares en la mayoría de los bebés pero no en todos con la misma intensidad. Estos tiempos son orientativos , ten en cuenta que cada bebé tiene su propio ritmo de crecimiento:

– La primera crisis puede ocurrir alrededor del segundo día de vida.

– Otra vez a las 3 semanas, cuando el bebé aumenta de peso y requiere mayor cantidad de leche.

– De nuevo a las 6 o 7 semanas.

– Ocurre de nuevo de forma especialmente intensa a los 3 meses.

– Y puede repetirse en estos otros momentos: a los 4 y 8 meses, al año, a los 2 años.

 

Los brotes de crecimiento suelen durar unos 2 o 3 días, porque es el tiempo que tarda el pecho en regular su producción y adaptarse a la nueva demanda del bebé. Debes confiar en tu pecho: es una maravilla, una máquina muy precisa que lo que hará es inmediatamente regular su producción y en 2-3 días producirá la cantidad de leche que este bebé necesita (excepto en la crisis de los 3 meses, que puede durar entre 4 -7 días).

En esta etapa hay que armarse de paciencia y tranquilidad, comprender que lo que el bebé necesita es estar más tiempo en el pecho y necesita más mimos y cariños. Cuanto más tiempo esté el bebé en el pecho, más rápidamente se regulará la producción de leche.

No se debe de dar suplementos ni biberones, ni abusar de los chupetes, porque podemos interferir en la regulación de la producción de leche. Tu bebé sabe lo que debe hacer, sólo hay que dejar que lo haga. No obstante, si se da el caso en que el bebé se distrae por estímulos externos y no succiona continuamente, ayuda alimentarlo en una habitación en penumbra, con poco ruido ambiental, para que esté todo lo tranquilo que sea posible. También procura descansar y pedir ayuda para el resto de tareas diarias. No bromeamos cuando decimos que son días intensos.

Ten en cuenta que los brotes de crecimiento, al igual que la salida de los dientes, son fáciles de confundir con otros problemas. La clave es vigilar las deposiciones, micciones y su tabla de crecimiento. Si el bebé hace pipi y caca con regularidad y va creciendo adecuadamente, no tenemos nada de que preocuparnos, simplemente está ocurriendo lo que se supone que debe ocurrir.

Y, por último, es bueno que conozcas estas crisis, que sepas que son normales, que les pasa a todos los bebés en diferente intensidad y que te armes de paciencia, tal como vienen marcharán y seguirás disfrutando de tu lactancia.

 

 

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